© Raquel.G Sin saber por qué momentos antes de que alguien habra la puerta donde todos estan preparados para decir
¡Sorpresa!, empiezo a notar algo en mi estómago. Esa sensación de:
ostras, ya viene, preparaos. Puede resultar ridículo, pero organizar una fiesta sorpresa es muy emocionante. Y más si es alguien a quien quieres mucho y sabes que, aunque salga corriendo del susto, se le va a llenar el corazón de sensaciones bonitas.
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